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jueves, 14 de abril de 2016

El lucero

Érase una vez, como en los cuentos,
érase una vez, como nunca,
de una gran familia imperial nacida,
una muy hermosa doncella.

Y era la única hija de sus padres,
y maravillosa por todo,
como la Virgen entre los santos
y la luna entre las estrellas.

Por la sombra de  magníficas bóvedas,
ella dirige sus pasos
hacia la ventana, donde en la esquina
el Lucero la está esperando.

Miraba cómo por el horizonte del mar
surge y resplandece,
cómo por las sendas agitadas
guía negros veleros.

Lo ve hoy, lo ve mañana,
y así nace el deseo,
Él, mirándola durante semanas,
cae rendido ante la doncella.

Como su frente soñadora
quedaba apoyada en los codos,
de su añoranza se llenan
su alma y su corazón.

Y con qué viveza él surge
en cada atardecer,
hacia la sombra del negro castillo
cuando ella se le aparece.

Comienzo del poema El Lucero, de Mihai Eminescu.

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